Según la Biblia (escritura sagrada de judíos, cristianos, y referencia del islam) el profeta Moisés (aprox. 1250 a.C) recibió directamente de manos del Dios Yahveh, "escritas con su dedo", una lista de órdenes o mandamientos que los israelitas debían respetar, los diez mandamientos. El nombre decálogo, con que suelen designarse, procede de la fórmula griega δεκάλογος (dekalogos, 'diez palabras') con que se citan en la Septuaginta, la versión griega tradicional, tanto en Éxodo 34:28, como en Deuteronomio 10:4.
Según las escrituras, Moisés subió al Monte Sinaí y permaneció en su cima cuarenta días y cuarenta noches, al cabo de los cuales le dio Dios escritos en dos tablas de piedra los diez mandamientos. Cuando bajaba del monte, vio al pueblo que estaba adorando al becerro de oro y enfurecido las rompió. Posteriormente, pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él un «convenio» (pacto o alianza). Entonces, el Señor ordenó a Moisés que tomase dos lajas de piedra, y en ellas quedaron escritos los diez mandamientos del convenio.
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