- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No tomarás el nombre de Dios en vano.
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás actos impuros.
- No robarás.
- No dirás falso testimonio ni mentirás.
- No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
- No codiciarás los bienes ajenos.
Por actos impuros la Iglesia católica entiende lo relacionado con nuestras debilidades, nuestros instintos y pasiones.
¿Cómo estaban los diez mandamientos distribuidos en las dos tablas? Existe diversidad de opiniones al respecto:
Filón aseguraba que cinco en cada una, opinión que ha sido secundada por algunos a lo largo de la historia entendiendo que en la primera tabla estaban los preceptos de la piedad y en la segunda los de la prohibidad[cita requerida].
San Agustín creía que tres en la primera y siete en la segunda y así se siguió esta creencia por la generalidad de los católicos después de San Agustín. En efecto, se suele hacer una correspondencia entre los dos mandamientos de Jesús y los diez mandamientos: "Amarás al Señor tu Dios..." corresponde a los tres primeros (deberes para con Dios) y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" corresponde a los siete restantes (deberes para con los hombres).
La división y numeración de los mandamientos ha variado en el curso de la historia. El presente catecismo sigue la división de los mandamientos establecida por san Agustín y que ha llegado a ser tradicional en la Iglesia católica. Es también la de las confesiones luteranas. Los Padres griegos hicieron una división algo distinta que se usa en las Iglesias ortodoxas y las comunidades reformadas.
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2066
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